Se acabó la batería de su celular, y con ella su vida. Foto: Leovigildo González

José Luis Hernández Mendoza y su hermana María del Carmen, fueron encontrados entre los escombros en el barrio del Sauz, donde el cerro de Guadalupe tuvo un deslave el pasado jueves y que sepultó a más de cinco viviendas.

Don José Luis, tenía 40 años de edad y se había comunicado con su hermano vía celular desde el pasado viernes para que lo rescataran, por lo cual comenzaron la búsqueda de los cuerpos desde el sábado en la noche, ya que había bajado el nivel del agua.

La búsqueda de los cuerpos la comenzaron los familiares, uno de los cuales les pidió ayuda a sus compañeros de trabajo para que realizaran labores de limpieza y búsqueda, a fin de poder localizar a su hermano, pues existía la posibilidad de que estuviera con vida.

Con una flotilla de aproximadamente diez trabajadores de la empresa Santorini, comenzaron la búsqueda de José Luis, María del Carmen y dos niños que habían quedado sepultados por el lodo que había caído del cerro de Guadalupe.

No fue hasta el pasado martes, que los perros de rescate señalaron el lugar donde probablemente podían estar los cuerpos, sin embargo ya eran las seis de la tarde y los trabajos de búsqueda tenían que concluir, pues el riesgo sigue latente ante otro desgaje del cerro o un dren de lodo.

Se acabó la pilaPersonal del Ejército Mexicano señalaron, que José Luis todavía el pasado domingo había llamado por celular a su hermano, había muchas esperanzas de que se encontrara con vida, sin embargo pocas horas después dejó de entrar la llamada al teléfono móvil. “Se le acabó la pila” dice un elemento del Ejército, pues además de la batería del teléfono celular, su vida había quedado entre los escombros, el lodo y las piedras que descendieron en contra de la humilde vivienda, de la cual sólo quedan recuerdos y muchas lagrimas para los familiares.

Los cuerpos de los hermanos fueron sacados ayer, la búsqueda fatal sólo era para encontrar los cuerpos, pues habían pasado seis días después del desastre por lo cual ya no había esperanzas, por el contrario muchas lagrimas y dolor que mostraron los familiares al señalar el lugar donde posiblemente podrían estar los cuerpos.